martes, 7 de abril de 2015

La cruda realidad. Parte 1

No soy keniana. Tampoco soy Charlie Hebdo ni superviviente de Túnez ni ninguna de los familiares de las víctimas del accidente de avión de Germanwings. Soy una chica de 21 años que lo que está viendo es un exceso de falsa empatía en esta sociedad occidental. 

Digo falsa empatía porque el compartir fotos o publicaciones en Facebook no es verdadera empatía ni una muestra de humanidad.  ¿Qué pretendemos conseguir al compartirlo si, al fin y al cabo, el tema no superará el minuto de conversación cuando nos encontremos cara a cara con nuestros colegas? Quedará resumido en un "¿Te has enterado? Sí, muy fuerte...". Fin de la cita. Eso sí, somos empáticos porque lo hemos compartido en nuestro muro. 

En un primer momento la gente no reaccionó cuando se hizo público que habían asesinado a 148 kenianos en Garissa. Ante la indiferencia de occidente, comenzó la movilización para poner cara a las víctimas. Empezaron las reflexiones acerca de lo que nos afecta y lo que no de las noticias -la proximidad, la urgencia...-.

A partir de ahí, muy bien, se conciencia a la sociedad. Este atentado ha sido perpetrado. Existe. Ahora es el turno de las fotos con la frase "Je suis kenyan" o las del atentado mismo. Sin embargo, están volviendo a caer en esa indiferencia que ha ocasionado la cultura mediática occidental.

¿Compartiríamos fotos en las que estuvieran expuestos cadáveres de españoles? Daré yo la respuesta. No. No compartiríamos ninguna foto con los cadáveres. Es más, he escuchado quejas porque entre las fotos del accidente de la compañía alemana Germanwings parecía apreciarse "algo ensangrentado" entre los restos del avión. ¿Y luego publicamos fotos con veintenas de cadáveres en el suelo puestos de cualquier manera? 

No culpo a la sociedad. Bueno, sí que la culpo. La culpo porque esta hipocresía encubierta no existiría si la gente no lo permitiera. Pedimos respeto por nuestros difuntos pero queremos saber todo lo posible de las desgracias ajenas. Nos atrae el morbo, está claro. Los medios saben que eso vende y publican más sobre ello. La gente lo consume porque es el tipo de información que destaca. Los medios continúan publicando en esa línea. La gente sigue pidiéndolo. Y así con un largo etcétera. 

Desgraciadamente, esta espiral morbosa tiene distintas consecuencias y facetas. No viene de la nada. 

¿Queréis saber por qué digo esto? Pues nada, tendréis que esperar a la próxima publicación. Seguramente os será totalmente indiferente pero con este blog tengo previsto quedarme a gusto con mis pensamientos. Prometo que publicaré en menos de siete días. Espero no haber generado muchas úlceras en estómagos ajenos... o quizás sí. Hasta dentro de poco.